Como cada flor se marchita y cada juventud
cede a la vejez, florece cada etapa de la vida,
florece cada saber y también cada virtud
a su momento, y no puede durar eternamente.
A cada llamada de la vida el corazón tiene que estar
preparado para la despedida y para un nuevo comienzo,
Entregar, desde la valentía y sin tristezas
al otro, nuevos lazos
En cada comienzo vive una magia interna,
que nos protege y nos ayuda, a vivir.
Debemos atravesar alegremente espacio tras espacio
sin aferrarse a niguno como a un hogar,
El espíritu del mundo no quiere aferrarnos ni limitarnos,
sino paso a paso levantarnos y extendernos
A penas estamos familiarizados con un ámbito de la vida
y te sientes en casa, así decae la tensión
Sólo quien está preparado para un nuevo comienzo y viaje,
es capaz de eximirse de la parálisis de la costumbre.
Será quizá y aún la hora de la muerte
quien nos envíe jóvenes a nuevos espacios,
Nunca terminará la llamada de la vida...
Adelante, corazón, despídete y sana!
Herman Hesse, Stufen (Etapas)
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