Sin presunción alguna

Bienvenido seas, cibernauta, pasa y lee, que aunque sea sólo un resquicio de mis letras, inolvidables te parezcan.

jueves, 19 de noviembre de 2020

En tiempos de covid y los apocalipsis

Ciertamente tengo miedo. Miedo a no sentir su respirar roncudo a mis espaldas, a no sentir sus manos grandes reposando sobre mis senos, o a esos suaves besos en mi cuello justo antes de perderse en un sueño profundo.
Temo no escuchar su voz aniñada tras una travesura tonta, su risa despreocupada cuando se nota feliz, u olvidar su poderosa mirada al decirme "te amo"; temo, mucho temo, se aleje de mí y no exista más a mi lado esa mujer que aprendí a amar entrañablemente, a necesitarle, a desear. Tengo miedo a su ausencia y a la irremediable soledad en que mi ser vagaría por esta tierra. Temo despertar un día y no encontrarla más. Temo llegue el día que su ausencia ahogue mi pecho en un grito implacable de tristeza, pero más temo llegue el día que no le recuerde más...
Y aunque por ahora sólo sé que no quiero dejar de sentir esta emoción al sentir su cabello entre mis dedos, a juguetear con sus cejas o a oler su cuello y besarlo muy suave cada vez que me protejo entre sus brazos, e incluso sé puedo contra el mundo entero si se refugia en mi pecho o yo en el suyo, hoy sólo sé cuan vulnerable soy sin ella.