Letras divagan de un lector a otro rogando sean leídas por aquella estrella pernoctámbula o esa negra piedra redonda de los mares, sin embargo, ni una ni otra son aún totalmente las elegidas
Sin presunción alguna
Bienvenido seas, cibernauta, pasa y lee, que aunque sea sólo un resquicio de mis letras, inolvidables te parezcan.
ansia de volver a marcar mis pasos por los rincones de la ciudad, mientras la luz de un cigarrillo se extingue entre mis congelados dedos por la fría lluvia que inunda el entorno.