como esas nuevas aficiones que llegan para quedarse, cada fin de semana unas letras mando a La dichosa..., con la esperanza dichosa de ser publicada... ¡Esta necesidad de ser leída por otros que no sean mis propios ojos... De la semana, las palabras fueron: Barca, bruma, alba...
No sé por qué me fui al 1492... me llevaron solitas a esos años... Así quedó lo que brotó con ese trío, le titulé... Bah!! no le he titulado... y "Descubrimiento" estaría más que sobrado... ¿alguna opción?
***
Con esperanzada mirada
ante lo que desconoce
la historia,
navegan entre la bruma
a bordo de una barca,
dando fin a la locura
de, al cruzar los anchos mares
durante tres grandes lunas,
encontrar aquellas tierras
que ensanchasen
más su gloria.
Y fue al viento fresco
del alba, con que afianzaron
la hazaña, de tocar aquella
"tierraaa" que gritara
primero Lepe
cuando una lumbre
de lejos,
lograba avizorarla.
Y lo envié, pero no sé porque esa pág marca error... ojalá si llegue.... sino, como siempre, y hasta que se aburran de poner esos armables... seguiré insistiendo..salvo mi musa ya me falle...
Letras divagan de un lector a otro rogando sean leídas por aquella estrella pernoctámbula o esa negra piedra redonda de los mares, sin embargo, ni una ni otra son aún totalmente las elegidas
Sin presunción alguna
Bienvenido seas, cibernauta, pasa y lee, que aunque sea sólo un resquicio de mis letras, inolvidables te parezcan.
domingo, 25 de noviembre de 2012
miércoles, 14 de noviembre de 2012
Gárgola y Visita
Dos más que se asomaron tras las seis palabras propuestas de La dichosa palabra
Las primeras tres: TARDE ALAS NOSTALGIA
Las primeras tres: TARDE ALAS NOSTALGIA
Gárgola
Rojiza tarde desborda el cielo
y ensimismado me sumo
en la nostalgia de ver pasar
ante mi sediento rostro, aquellos
que a lo lejos gritan "Stryge" entusiasmados
y me roban la ilusión de, algún día, extender
mis largas alas y acabar con esta eterna vigía.
Las últimas tres: SINCERO CORAZÓN ROSA
Visita
Ahogara la impotencia
a la que en silencio ve llorar
sobre su grisácea tumba,
aquella a quien el viento roza
su pálido y avejentado rostro,
mientras de su mano cuelga
la rosa rosa que le conquistó
algún día, cuando en vida su corazón
palpitó y rugió de amor sincero.
y de nuevo, no hay aviso positivo de que fuesen recibidos. Por eso aquí les daré su ya habitual fuga...
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