Sin presunción alguna

Bienvenido seas, cibernauta, pasa y lee, que aunque sea sólo un resquicio de mis letras, inolvidables te parezcan.

martes, 12 de agosto de 2008

De "En esta inmensidad", "No es la noche ni el café..."

No es la noche ni el café

ni siquiera los cigarrillos que ya no fumo. No es el miedo, ni la nostalgia, ni siquiera mi soledad. No, no es nada comparado a un halo de esperanza, esa, ya mi cuerpo sabe que surca en otras direcciones. Ya no espero utopías, ya ni una sola palabra que no diga nada, ni al mismo tiempo lo diga todo, no , no lo es. Tampoco quiero idear que al menos lo leerás al tu mediodía de este mi amanecer que ya está surgiendo.

No, y no pienses que lo hago para acallar lo que a diario voy pensando, y sólo entre verdes y azules lo vuelvo a expresar... No, para nada es el quebranto de un adiós, aunque por verte muera... Tan sólo es que... es que parece un milenio ya ha pasado y... Sí, no todo lo dicho atrás es verdad, es sólo que... hoy te quise memorar.


Un milenio después

Cómo fueron los hombres
en el novecientos noventa.
Descubrieron acaso el por qué
de luchar por su estrella.

Quién buscaba cantar
esa vez al milenio y al sueño,
Como si recordar el ayer
nos dijera qué cosa es el tiempo.

Soy yo, después de unos siglos,
Soy yo, dispuesto al idilio de amarte otra vez
Y dejarte de lado y volverte a tener
para darte un milenio, un milenio después.

Cómo cuento las horas
después del abrazo de un viernes....
Me imagino si el tiempo nos ve
y se da cura por siempre.

No me pidas el tiempo
que no se quedó en mi guitarra,
es que sólo un milenio pasó
sin voltearnos a ver a la cara.

Alejandro Filio


22/04/2008

No hay comentarios: