Sin presunción alguna

Bienvenido seas, cibernauta, pasa y lee, que aunque sea sólo un resquicio de mis letras, inolvidables te parezcan.

miércoles, 2 de julio de 2008

Sin decir te extraño

Navegaba por mis espacios y esto es algo de lo que siempre rescataré en cada uno de ellos... De su autora no he leído más que este poema rescatado de uno de esos mailes colectivos que llegan a tu bandeja de entrada de una de esas comunidades a las que uno nunca entra, o ya no lo hace, y sólo en un rato de enajenamiento suele abrirse para encontrar estas breves joyitas... De un mensaje cualquiera:

No puedo decir que no te extraño


No puedo decir que no te extraño
ni que no te piense
Tampoco que me esté muriendo sin ti
Aunque sí por verte.
A veces sé que tú también piensas en mí
porque cuando nuestras energías coinciden
mi corazón lo siente
A ratos me descubro deseando que cierres ya tus otras historias
Que el tiempo se despeñe apresurado
Que no quede más remedio que encontrarnos.
Y cuando logro andar derechita por las calles,
sin el peso de tu recuerdo que dobla un poco mis hombros,
cuando logro iniciar el proceso del desapego
algo pasa que te trae de nuevo.
Alguien me cuenta de ti, te sueño,
veo una película de amor y
saboreo tu nombre… lento…
Y la vida sigue, y los karmas son los karmas
En mi agenda no queda un solo rastro de tu nombre
Sin embargo, no hay día en que no te hable,
no hay noche en que no me duerma
sin la pequeña esperanza de soñarte.
Mañana festejaré a solas nuestro encuentro
Tú estarás por supuesto acompañada,
lo cual no quiere decir que no me pienses…
Lo cual no quiere decir que no me extrañes,
lo cual no quiere decir que no te estés muriendo por amarme.

Rosa María Roffiel

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